jueves, diciembre 29, 2005

Todo cambió

Ni siquiera escuchaste, tan solo te quedaste allí con la mirada perdida mientras
las palabras caían de mi boca.
Mientras hablaba, mi propia mente se disociaba y recorría diversos pasajes de
nuestra historia juntos. Una versión editada y acelerada de nuestra historia. En
medio de ese caudal de imágenes, algo me llamó la atención, era tu pañuelo rojo
que aparecía en muchas de las escenas, como un hilo conductor de la trama.
Tuve que realizar un esfuerzo para tomar control de las palabras que decía, y de
improviso me di cuenta, no traías tu pañuelo rojo. De pronto, todo cambió.

jueves, diciembre 22, 2005

Solo

Y a esa altura dará lo mismo. Cuando estás absolutamente solo y llega la muerte, da lo mismo que grites o no. Nadie te oye y a nadie le importa. Podrás maldecir o llorar y a nadie le importará un carajo. Tendrás la muerte frente a ti y todo lo que hagas dará lo mismo. El mundo entero seguirá girando en absoluta indiferencia y tu estarás ahí con la sensación de que a alguien debiese importarle. Pero no le importará a nadie.

Por eso, si estás solo al momento de morir, muere en silencio, pues ni la muerte te oirá.