Abro la caja y saco el contenido.
Lo reviso, busco trizaduras, descoloramiento o imperfecciones.
Lo vuelvo a embalar cuidadosamente y aparto la caja en el montón de las revisadas.
Otras quinientas cajas y tendré mi primera comida en el día.
Suspiro.
Mientras tomo la siguiente caja, miro hacia arriba, hacia la ventana por donde entra la luz y por donde salen mis sueños.
Creo que esta semana seré capaz de superar la cuota y podré ahorrar algo.
Al cabo de dos meses podré ir a la ciudad, a aquel elegante local y pagar por escucharla cantar.
Canta como un ruiseñor.
jueves, febrero 16, 2006
Sueños
Publicadas por Juanjo a las 2:40 p.m.
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1 comentario:
Esta genial.. por concepto, frecuencia y calidad, me voy a dar una vuelta regularmente por aca.. los jueves.
Un abrazo
Chubasco
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