El cormorán se deja caer desde el acantilado y comienza un lento planeo. Recorre la bahía observando como su sombra se arrastra sobre el mar.
De pronto algo le llama la atención, bajo el mar, una nube de pequeños reflejos plateados se ven sumamente apetitosos.
Describe un rizo hacia la derecha y se lanza en picada. Tiene la suerte de agarrar uno grande, y de poder volver a remontar el vuelo con el peso extra.
Con esfuerzo, vuelve a posarse en el borde del acantilado. Engulle su presa, y se queda contemplando el mar mientras el sol seca sus plumas.
jueves, diciembre 28, 2006
Bajo el Sol
Publicadas por Juanjo a las 8:21 p.m.
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3 comentarios:
que agradable narración..
saludos!
plácido
gracias
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