La mala racha no puede durar para siempre. Es lo que siempre se repite. Y ahí está nuevamente frente a la mesa de juego, ansioso.
Toma los dados y eleva una silenciosa plegaria. Sabe que se está jugando sus últimos recursos en esta tirada de dados. No está seguro si su esposa se lo perdonará esta vez.
Lanza los dados con un giro de muñeca. Los dados ruedan por la mesa, y cuando estaban a punto de detenerse, se apagan las luces y los dados parecen brillar.
Escucha una voz a su lado que dice "¿Qué tanto quieres ganar?".
jueves, agosto 09, 2007
The Gambler
Publicadas por Juanjo a las 3:19 p.m.
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5 comentarios:
Es una historia que merece una segunda parte... pero creo que no es tú estilo...
a todo esto me encantan tus historias
haaaaaaaaa
QUE WENAAAAAAAAA¡¡¡¡
uuuuuuu
me encanto... MUY BUENA
sip, apoyo la moción d la segunda parte... auq sería un reto no quitarle el sentido a esta
muy buena!
uuuuuuuu!
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