Agazapado espero.
Como si el frío no fuera suficiente, mis piernas están acalambradas y ya no siento mis pies.
Dos horas esperando en cuclillas para tratar de conservar el calor han sido demasiado.
Mientras pienso en un café, recorro la oscuridad que me rodea. Ni una sola luz, ni un solo rastro de civilización.
Un suave zumbido me indica que ya es hora. Reviso la pantalla. En el visor aparece un cero. Concluyente.
Camino con dificultad hasta el vehículo y echo una última mirada antes de subirme. Tanto espacio y tan vacío.
Me subo y me marcho.
La búsqueda continúa.
jueves, enero 26, 2006
La búsqueda
Publicadas por Juanjo a las 9:56 a.m.
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