jueves, enero 19, 2006

En el laberinto

Al dar la vuelta a la última esquina estaba seguro que lo iba a encontrar, pero
nada. Solo otro callejón sin salida. Me devolví hasta que pude tomar otro
camino, pero al cabo de un rato, me di cuenta que estaba perdido. Mi hambriento
estómago se apretó en un nudo. Decidí seguir buscando, pues eventualmente
encontraría la salida o la comida. Sentía que no llegaba a ninguna parte, hasta
que de pronto lo olí, la comida estaba cerca. No me costó mucho recorrer lo que
faltaba. Estaba ahí. La fui a coger, pero de pronto fui levantado por los aires.

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