Cuando el guardia de seguridad le ordenó que se quedara quieto para que lo revisaran, él sonrió y lentamente se desatornilló la parte de arriba de su cabeza. De su interior brotaron miles de pequeñas mariposas de colores. Los primeros en notarlo fueron los niños, que empezaron a reir maravillados. Luego, y en forma casi infecciosa, todos los demás estaban empezando a sonreir. Algunos reían a carcajadas, con pequeñas lágrimas asomando en sus ojos, mientras que otros no pasaban más allá de la plácida sonrisa.
Se atornilló nuevamente la cabeza, hizo un gentil saludo al sonriente guardia, y se fue.
jueves, agosto 24, 2006
El Terrorista
Publicadas por Juanjo a las 11:39 a.m.
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5 comentarios:
q terrorista más peculiar, me pregunto por qué bando luchará...
saludos!
Plop!!
y qué pasó con las mariposas?
Me encantó lo de las mariposas...
Creo que esta historia se ganó una continuación en el futuro. En la continuación aparecerán las mariposas.
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