Tenía la entrada pegada al espejo. La estuvo viendo toda la semana.
Ese día llegó más temprano del trabajo. Se tomó un café y se fue a duchar.
Se demoró en escoger la ropa, tenía que verse bien, pero que no pareciese muy estudiado.
En peinarse se demoró un poco más. Aplicarse el gel de forma correcta no era fácil.
Un amigo lo pasó a buscar temprano, para poder tener un buen lugar en la fila.
Lograron entrar dentro de las primeras cien personas, quedando a metros del escenario.
Mientras esperaba pensó "ojalá que este sí sea el último".
jueves, junio 21, 2007
Concierto
Publicadas por Juanjo a las 11:23 a.m.
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2 comentarios:
BUen blog, me gustó la idea de que todas las historias tengan cien palabras.
Salu2 desde el otro lado del charco.
Jaja está bueno. Es como si estuviera haciendo un favor a un amigo, o a alguien más.
SAlu2
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