Estoy sentado frente a una lavadora. Afuera llueve.
Cada cierto rato miro como gira mi ropa en la máquina. Para un lado y para otro.
No hay ningún otro cliente. Al fondo del local, la dependiente está planchando camisas.
El aire está húmedo y caluroso. La inactividad y el tedio me empiezan a vencer.
Despierto sobresaltado cuando alguien me toca el hombro. La dependiente me avisa que mi ciclo de lavado ha terminado y me ofrece fichas para la secadora.
Saco de la lavadora mi ropa, que aún está muy húmeda, y la cargo en la secadora.
Te extraño.
jueves, julio 05, 2007
Tarde de Lluvia
Publicadas por Juanjo a las 12:00 p.m.
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2 comentarios:
Buena historia, me llama la atención como termina.
Saludos!
Me gustó.
Como la vida. Un saludo.
Por ti escribo esta jerigonza
yhxnokul
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