El sol brillaba en su pelo, rizado por la brisa del mar.
Caminaron por la playa juntando madera para más tarde hacer una fogata.
Se sentaron un rato en la arena y conversaron de muchas cosas, como si se conociesen desde siempre.
Soñaron juntos mientras, sin darse cuenta, atardecía.
Se pusieron de pie, sacudiéndose la arena de la ropa y, mientras caía el último rayo de sol, él la besó.
En ese preciso momento, supo que nunca más volvería a ser tan feliz.
Durante el viaje de vuelta no pudo volver a sonreír.
Él la llamó durante toda la semana, pero ella no le devolvió los llamados.
jueves, octubre 04, 2007
Felicidad
Publicadas por Juanjo a las 5:51 p.m.
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3 comentarios:
espectacular que estes de vuelta nuevamente... :)
extrañaba la lectura de los jueves...
:)
totalmente de acuerdo con ale...
se te extrañaba... bienvenido
con respecto a la historia:
frente a la incompatibilidad besistica ...no hay nada que hacer.
es increible como un beso, una caricia incompatible puede destruir hasta la mas prometedora relación. Lo Físico Y Químico aunque no nos guste admitirlo SI IMPORTA, es parte del SER.
Que bueno que has vuelto a escribir. Es como volver a vivir, en cierto modo. Muy buen escrito. A veces las cosas no se dan como pensamos.
¡saludos!
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