La niña juega con su balde en la arena, mientras la humedad del mar riza su pelo cobrizo. Construye castillos de ilusión, con apuestos príncipes sobre briosos corceles. Al momento siguiente, está juntando conchitas en su balde, sin más propósito ni razón que lo bonitas que son. Huye con prisa de un cangrejo y se ríe nuevamente con el sol brillando en sus ojos. Hace dibujos una y otra vez, solo para que sean borrados nuevamente por el mar.
El sol se pone y mientras los últimos rayos bañan la playa, la niña sonríe. Sonríe al sol y al mar.
jueves, abril 27, 2006
Playa
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jueves, abril 20, 2006
Esperanza
Ese mínimo brillo en los ojos del niño fue suficiente para entender lo que pasaba. Tenía todo en contra, se habían probado todas las alternativas, el cansancio ya había hecho presa de él, pero no había perdido la esperanza. Dejó de luchar y de resistirse, pero no había perdido la esperanza.
Miré a la madre, que tenía una expresión de cansancio en el rostro, pero de rabia en el cuerpo. Lo miró, quizás tratando de entender lo que pasaba por su mente. Finalmente lo tomó de una mano, y pese a las protestas, lo sacó de la tienda de videojuegos.
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jueves, abril 13, 2006
Conexión
En cuanto me conecto, siento fuego que me recorre por las venas, y frío que escarcha mi piel. Me siento más vivo que nunca, pero a la vez siento como mis dedos se entumecen.
Creo universos vírgenes, jamás mellados por mirada alguna. Recorro abismos insondables donde no existe conciencia de la existencia ni del tiempo. Siento la velocidad y soy casi omnipresente, todo en la misma eternidad de un segundo.
Me parece verte o intuirte, a estas alturas no lo puedo distinguir. Es la dicha de estar conectado. Es la única salida que tengo en esta mugrosa cama de hospital.
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jueves, abril 06, 2006
Nuevo Mundo
Año del Señor de Mil Ochocientos Catorce
Hoy hemos completado tres meses en esta tierra inhóspita. Hemos tratado de ganar la confianza de los nativos pero ha sido en vano. Extrañas enfermedades estomacales han dado cuenta de quince de los nuestros, resistiendo los cuidados del médico y las plegarias del sacerdote. No perdemos la esperanza, la fe es lo que nos mueve y por eso estamos aquí.
El capitán intentará nuevamente ir de cacería mañana, pues las provisiones están escaseando y el clima es demasiado frío para cultivar las semillas que traemos.
Última entrada en el diario de los colonos.
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