La nave se posó sobre la superficie de la Luna e inmediatamente los ingenieros, arquitectos, calculistas y obreros comenzaron a desplegarse por todo el lugar. Revisaban los planos del observatorio, preparaban las maquinarias y comenzaban a marcar el terreno.
Al tercer día, el operario de la excavadora pide hablar con el jefe de la misión, a solas. Se reúnen en uno de los módulos provisorios. Asustado, el operario desenvuelve el paquete que traía consigo mientras le explica que lo encontró en el sitio de excavación. El oficial queda helado. No sabe como vino a parar un fémur a la Luna.
jueves, noviembre 09, 2006
Luna cruel
Publicadas por Juanjo a las 11:09 a.m.
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2 comentarios:
si es que entendí bien la historia, ¡me pareció genial!
a mi me recuerda a un cuento sobre un robot que encuentra al último ser humano.... ya no recuerdo de quien es
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