jueves, enero 18, 2007

El Experimento

Hacía cuatro semanas que los ratones deberían haber dado muestras de un aumento en su inteligencia. Pese a que las inyecciones diarias seguían, los resultados en el laberinto eran los mismos. “Quizás si tuviésemos un scanner disponible podríamos monitorear su actividad cerebral”, pensó el científico.

Cuando abrió la jaula y fue a tomar a uno de los ratones, este lo mordió. Cuando gritó, otro de los ratones aprovechó de trepar por su brazo y entrar en su boca, ahogándolo. Un par de ratones más salió a morder su cara y entrepierna.

Al día siguiente, sus colegas solo encontraron jaulas vacías.

1 comentario:

Anónimo dijo...

historias cortas pero que quedas con el sabro de querer mas...