El avión se bambolea en medio de la noche, volando a mucha altura para esquivar los radares y la artillería. Se abre la puerta y se siente el frío de inmediato. Nos preparamos para saltar, revisamos el equipo, hacemos algunas bromas y luego nos ponemos serios.
Al llegar a tierra caigo mal y me rompo la pierna. Se acerca una aldeana y me lleva a su casa. Temo por mi vida, pero no puedo arrancar, ni asesinar yo solo a un pueblo completo.
Hoy cumplimos un mes casados. Mi pierna todavía molesta un poco, y la guerra aún no termina.
1 comentario:
plop!
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