Floto en la inmensidad de mi prisión.
La desesperación, el dolor y la agonía me son ajenos.
Suspendido en la confianza de la liberación me mantengo inmutable.
Espero paciente, mientras las hormigas van y vienen, ignorantes de todo, pequeños títeres construyendo castillos de arena antes que suba la marea.
Con un ojo invisible escudriño el firmamento. Observo los astros en su danza eterna. Calculo sus movimientos, las pequeñas fluctuaciones. Ya falta poco para el despertar.
Mientras tanto sueño. Sueño con el momento en que pueda saciar mi hambre. Sueño en los brazos de la muerte, en mi hogar, en R'lyeh.
4 comentarios:
mmmm....., supongo que no todo hay que comprenderlo.
que te fumaste para este?
Un repaso de arcaicas lecturas de otros tiempos, para tener la inspiración de este relato :-)
Hay cosas que es mejor no saber.
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