Estaba colgando de cabeza dentro de un estrecho compartimento lleno de agua. La camisa de fuerza y las esposas le agregaban algo de emoción al número.
Empezó a regurgitar la llave de las esposas mientras intentaba dislocarse el hombro. Logró desencajárselo justo cuando tenía la llave entre los dientes. Ahora le tocaba soltar los brazos para poder llegar a la boca. Cuando logró pasar la llave a sus manos se dio cuenta que el aire no le iba a alcanzar. Mientras abría las esposas sintió como el agua entraba a sus pulmones.
Despertó en su cama, desorientado, mojado y tiritando.