Todavía no amanece, y los dos hombres ya están hasta la cintura en el agua, ocultos entre las plantas, con las escopetas cargadas. Esperan pacientemente la aparición de los patos, algunas veces durante horas. Saben que a unos doscientos metros está su automóvil y el camino a una cama tibia, pero deciden estar aquí, soportando el frío y la humedad.
Se escucha un aleteo, y después de cruzar un par de miradas, apuntan las escopetas. Aparece el primer pato y uno de los hombres voltea y le dispara a su compañero. “No lo entenderían” le dice, mientras llora en silencio.
3 comentarios:
salen 2 y solo uno vuelve?
heee , soy Hombre ,deberia enterder por que el tipo le dispara a su compañero de caza.
Nunca le dispararia a mi compañero de caza es un momento sagrado llenos de esencia de los hombres y talvez el unico momento donde ( por memoria racial mas que por una cosa practica tu vida depende de tu compa.... espera creo que voy entendiendo.
Buen cuento Juanjo.
Mmm.. más que un buen cuento, era el final correcto para Brokeback Mountain.
Saludos, lo leo siempre, perdone la mezquindad de comentarios.
Atte,
M.
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