jueves, julio 19, 2007

Secretos Inconfesables

El hombre de negocios llega con su maletín en la mano. Saluda a la secretaria y entra a su oficina.
Envía memorándums, correos, cita a reuniones, asiste a reuniones, despide a una persona, entrevista dos más. Una mañana ocupada.
Llega la hora de almuerzo y como siempre cierra con llave la puerta de su oficina. Sus colegas solo pueden especular respecto a lo que hace ahí dentro. Algunos piensan que trabaja para la competencia. Otros piensan que duerme una siesta reparadora o que se encuentra en secreto con una amante. Pero lo que realmente hace es escribir novelas de amor.

2 comentarios:

ojo humano dijo...

Me encantó.
A veces yo he hecho eso, aunque no tengo secretaria ni negocio.

Lulet (Julia Mar) dijo...

Muy dulce, me encantó.