jueves, mayo 25, 2006

Lo siento

“No te va a doler” me dijeron. Y yo les creí. Un pequeño pinchazo a cambio de mucho dinero. Parecía el negocio perfecto y no pude rechazarlo. Me hicieron exámenes antes y después, “solo por rutina” me tranquilizaron. Cuando me empecé a sentir mal no los encontré.
Ahora lo siento dentro de mí. Siento como se mueve, a veces despacio y otras en forma violenta. Siento sus contorsiones y espasmos. Siento como crece, lentamente, en forma casi imperceptible, como si quisiera que no me diera cuenta. Siento como late, como pulsa con vida, robada por cierto, y desgraciadamente de mí.

jueves, mayo 18, 2006

Uso Personal

“Es de uso personal”, le explico en vano al oficial. Me pide la identificación y el permiso para portarla y usarla. Le entrego los documentos, a sabiendas que son falsos. Buenas falsificaciones, pero falsos al fin y al cabo. Los revisa cuidadosamente y hace algunas consultas por radio. Me mira con el ceño fruncido, carraspea y me dice “Tenemos problemas”. Lo miro con cara de angustia, esperando algún tipo de simpatía de su parte. Su actitud no cambia.

Vuelvo a casa caminando, con más de una hora de retraso. Con mucha pena y rabia en el corazón, y sin bicicleta.

jueves, mayo 11, 2006

Nos Observan

Nos observan desde el cielo. Con sus ojos pequeños y sus espasmódicos movimientos de cabeza nos estudian.
Nos observan desde el suelo. Con sus antenas oscilantes, que van y vienen mientras perciben nuestro rastro.
Nos observan desde el mar. Con su inocente apariencia, que inspira ternura antes que desconfianza.
Nos observan desde hace más tiempo del que estamos dispuestos a admitir. Cada vez que nos damos vuelta porque sentimos que nos observan. Creemos no ver nada. Y queremos no ver nada.

Una vez que hayamos partido, ellos quedarán. Estarán alertas, observando quien quiera reclamar nuestro lugar, que nunca fue nuestro.

jueves, mayo 04, 2006

Crecer

La nariz pegada al cristal de la vitrina mientras la respiración ansiosa lo empaña.
Miro esa combinación de cromo y rojo, y suspiro. Este ha sido un año seco, por lo que Navidad será solo calcetines.
Un último suspiro, una maldición contra la lluvia escasa y de vuelta a casa.

Veinte años después, nuevamente frente a una vitrina, pero ahora no es una bicicleta sino que un lujoso auto deportivo. Casualmente rojo. Esta vez no me preocupa el clima. Esta vez entro y le digo al vendedor “lo llevo”. Lo que no puedo evitar es el suspiro y el recuerdo.