jueves, marzo 29, 2007

Niños

Hoy vino un vendedor muy extraño a la casa.

Cuando mamá abrió la puerta, se puso toda nerviosa. Me miraba a cada rato. Quizás pensó que el hombre me asustaba, pero no.

Estuvieron charlando con palabras complicadas que yo no entiendo. Yo por mientras jugaba con un camión de bomberos sentado en la alfombra de la sala.

Mamá le ofreció un café, y mientras lo preparaba, el vendedor me miraba mucho. Pero nunca me habló.

Se tomó el café y se fue, sin vender nada.

Cuando le pregunté a mamá que vendía, mamá me abrazó y se puso a llorar.

jueves, marzo 22, 2007

Visitas

La luz se encendió en la habitación del segundo piso. Era la señal convenida. Se bajó del automóvil y cruzó la calle corriendo. Ya era demasiado tarde para sutilezas. Pese a eso, esperó a que le abriesen la puerta, y subió en silencio las escaleras. Una vez que estuvo ante la puerta, respiró hondo y puso su mano en la manilla. Inmediatamente recordó todos sus enfrentamientos previos, todas sus derrotas. Volvió a respirar hondo, y abrió la puerta.
La niña dormía tranquilamente. Sin hacer ruido, sacó con manos temblorosas su biblia y su rosario, se persignó y comenzó el exorcismo.

miércoles, marzo 14, 2007

Alguien me sigue

"Un escalofrío recorre mi espalda. Mientras subía la escalera, pude escuchar claramente pisadas detrás mío. Cuando me volví a mirar, no había nadie."
"Esto no es nuevo. Hace algún tiempo que lo había notado. No se si estoy más alerta, o quien me sigue se ha puesto descuidado."
"Ya se ha hecho costumbre en mí, el subirme a último momento a los buses, al tren, a lo que sea, todo con tal de lograr que mi perseguidor pierda el rastro."
"Incluso...

El ángel mira con pena, como un automóvil atropella al transeúnte, y escapa el último suspiro de su protegido.

miércoles, marzo 07, 2007

El Durmiente

Floto en la inmensidad de mi prisión.

La desesperación, el dolor y la agonía me son ajenos.

Suspendido en la confianza de la liberación me mantengo inmutable.

Espero paciente, mientras las hormigas van y vienen, ignorantes de todo, pequeños títeres construyendo castillos de arena antes que suba la marea.

Con un ojo invisible escudriño el firmamento. Observo los astros en su danza eterna. Calculo sus movimientos, las pequeñas fluctuaciones. Ya falta poco para el despertar.

Mientras tanto sueño. Sueño con el momento en que pueda saciar mi hambre. Sueño en los brazos de la muerte, en mi hogar, en R'lyeh.

jueves, marzo 01, 2007

La Aldea

La vidente despertó horrorizada. Tenía la certeza de que un nuevo asesinato había ocurrido, pero sabía que era poco lo que podía hacer. Intentó seguir durmiendo pero fue incapaz. ¿Cómo dormir con aquellas brutales imágenes todavía frescas en su memoria?

Al mediodía toda la gente del poblado se reunió en la plaza. Habían descubierto a la nueva víctima y querían un culpable. Comenzaron acusaciones sin sentido, mezcla de antiguas rencillas familiares y de envidias cotidianas.

Al final del día, un cuerpo colgaba de una improvisada horca, construida por los mismos aldeanos.

La vidente se durmió, pero no volvió a despertar.